Carmen Gabriela Dávila, una mujer que devuelve las ilusiones de volver a caminar
Existen varias personas que obran por devolver aquellas ilusiones a quienes más lo necesitan. Una de ellas es Carmen Gabriela Dávila Vásquez, un personaje positivo de Imbabura que con su trabajo ha cambiado la vida de mucha gente. Diario EL NORTE pudo conocer más de ella y de las expectativas que tiene como profesional.
“Todos vinimos con un propósito de vida a este mundo, y el mío es ayudar de cierta manera a reencontrar aquella ilusión de volver a caminar y mejorar el estilo de vida de las personas con alguna discapacidad física”, expresó la Ortesista Protesista y Fisioterapeuta Gabriela Dávila.
Una mujer que ha dedicado su vida para devolver las sonrisas a quienes más lo necesitan.
En el año 2012, mientras cursaba su carrera de Terapia Física, Gabriela ganó un curso para aprender la fabricación de órtesis y prótesis, otorgado por el Neurólogo Dr. Iván Viñán (profesor de Neuroanatomia).
En aquel curso conoció a su actual director, el Clínico Ortesista Protesista Robert Frank, quien es una persona altruista que dedica su vida a la labor social de las personas de Ecuador. Desde entonces se mantiene trabajando en Prótesis Imbabura.
“Nuestra institución está formada por dos pilares. Prótesis Imbabura quien es el talento humano, somos quienes evaluamos y fabricamos dispositivos ortoprotésicos y la Fundación Jen Lee quien se encarga de buscar donaciones de componentes en distintos países con la finalidad de poder ofrecer una prótesis de calidad con una mínima donación”, manifestó Dávila.
Para la joven mujer anteña esta profesión es muy gratificante. Ella está segura que todo lo que hace significa un gran aporte para la sociedad y para las personas que necesitan de una verdadera mano amiga.
“Pues no me queda nada más que agradecer a la vida por haberme colocado en el lugar que estoy. Para mí es muy grato poder compartir parte de mi vida con mis pacientes y mis compañeros de trabajo”, expresó Gabriela al referirse a su labor.
“Sin duda lo más gratificante de mi trabajo es ver el rostro de mis pacientes después de poder volver a caminar a causa de un accidente o enfermedad. Cada uno tiene su historia y todos tienen la misma esperanza cuando ven que las puertas siguen abiertas. Una discapacidad no es un impedimento para poder continuar, solo hay que buscar la manera de seguir en el camino”, acotó la profesional de la salud.
“Tenemos como meta poder llegar a más personas con discapacidad física y poder ayudarles. Actualmente estamos importando componentes de algunos países para poder ofrecer a la ciudadanía unas prótesis y órtesis de alta gama”, explicó Gabriela Dávila.
Antes de despedirse quiso enviar un mensaje para todas las personas: “Mi mensaje a la ciudadanía, es que si está en nuestras posibilidades ayudar a alguien pues hagámoslo de corazón, nadie sabe la necesidad de nadie, simplemente hagamos la diferencia con el ejemplo.