Rosita Montenegro es la única mujer, que compite en el nacional de circuitos
Rosita Montenegro tiene nervios de acero. Desde pequeña, cambió las muñecas por los autos.
Ganadora. Ella es una de las figuras del automovilismo ecuatoriano. Nació en Tulcán un 3 de febrero de 1999, en el seno de una humilde familia. Desde entonces, empezó a escribir a pulso su propia historia.
Milla extra. Ser de las pocas mujeres en el mundo tuerca, donde priman los hombres, la motiva aún más. Entreno para ganar. Detrás de mí hay mucha gente; mi padre Raúl y mi mamá Ligia Narváez son parte fundamental de esto, explica la piloto, que se considera muy metódica a la hora de competir.
Secreto. Esta disciplina le ha permitido subir, muchas veces, al pódium, en los torneos, en los que ha participado, desde el karting en el que se inició, hasta el Nacional de Circuitos, en el que compite actualmente.
Ganadora. En sus vitrinas, también tiene varios títulos a nivel internacional, desde Colombia a México, donde ha flameado la bandera tricolor.
Comienzos. Sus inicios fueron por casualidad. Un carro de karting, que compró su padre Raúl para su hijo Juan Pablo, le marcó su vida.
Recuerdos. Ella me pidió que le dejará manejar, le preste el carro y lo hizo tan perfecto, que nos sorprendió a todos, delata Raúl, quien es el bastión de la corredora tulcaneña.
Tercera. El sábado anterior, Rosita confirmó su categoría, tras ubicarse tercera en la división de los 1 201 cc a 1 650, durante la Yahuarcocha 600 kilómetros. Fernando Terán y Pablo Endara se llevaron los dos primeros puestos.
En sus vitrinas. Entre las victorias de Rosita se destacan el campeonato Regional del Valle del Cauca en 50 cc; Nacional del Suroccidente de Colombia en 80 cc; Regional de Nariño y Nacam, Bogotá.
Camino duro. Sin embargo, no todo ha sido alegrías en el camino de Rosita, por ejemplo años atrás en sufrió un choque con una competidora Venezuela que le estrelló su vehículo por detrás. El resultado de ese accidente fueron golpes en sus brazos, piernas y susto que en lugar de amilanarla la fortaleció.