La Constitución de 2008 fue calificada como ejemplo mundial por las garantías y el respeto que se promulgaba en favor de los derechos de las personas y la organización social. Esa nueva estructura de Estado Constitucional de Derechos, tenía a la democracia y a la participación ciudadana como ejes principales que conllevarían al ansiado buen vivir. Lastimosamente, en el camino se fueron dando variantes, excesos, malas interpretaciones y, uso y abuso de esas normas que a la postre fueron siendo utilizadas por los mismos de siempre. ¿Quién garantiza, hoy por hoy, el derecho a la participación de los asuntos de interés público? Ahora es evidente el abuso y falta de transparencia como norma.