Se comete el grave error de matar para sanar -aparentemente- otro error cometido. En nuestro país, al parecer la violencia se ha naturalizado. Se habla de justicia, irrespetando el derecho de los demás; se habla de derechos femeninos pero se agrede y se mata a niñas y mujeres; se castiga públicamente para supuestamente corregir y dejar sentado un precedente y que no se vuelva a cometer un delito. Se juzga al pobre con el rigor de la ley, pero para los de cuello blanco -no en todos los casos, claro está- existen leguleyadas interpretativas a la ley que mas bien huelen a impunidad. Lo último y aterrador fue quemar a dos presuntos delincuentes en un lugar público de Bahía de Caraquez. ¿Hasta cuándo?