La gobernabilidad no significa impunidad y eso deben tenerlo muy en claro los políticos que, luego de las elecciones, ahora “disfrutarán” de las mieles del poder. Que la clase política no crea que el pueblo no está pendiente de lo que se hace en su contra o en su favor. En la Asamblea saliente se quiso blindar a los actores de corruptelas aprovechándose de un proyecto de reforma al Código Integral Penal, que tenía la intención de proteger a las personas del acoso y violación a la intimidad en plataformas digitales, pero a último momento se quiso introducir textos que pretendían amparar a los funcionarios públicos de la divulgación de videos y audios que no les conviene. La jugada no pasó, felizmente.