Las cárceles se han convertido en centros de noticia roja, polémica y mucha violencia. Pero en el país no es la única alerta. Los medios miran al suicidio y los números que van al alza como un grave problema de salud pública y mental. Tampoco la atención se debe centrar en solo contar muertos, sino que las autoridades, a todo nivel, deberían preocuparse de estos temas y tratar de encontrar soluciones que puedan proteger la salud y la vida de tantas niñas, niños, jóvenes, mujeres y hombres que, aparentemente sin opciones ante tantos problemas, optan por quitarse la vida. En verdad es un problema de salud pública y desnuda nuestras limitaciones ante un camino que quiere encontrar salidas.