La complicada situación mundial suscitada a raíz del bombardeo “especial” ordenado por el presidente ruso a Ucrania, requiere lecturas y análisis distintos, pero que a la final nos conllevan a una sola conclusión: nadie sale ganando en una guerra. La historia lo ha demostrado. Las incursiones militares y los enfrentamientos bélicos en diferentes rincones del mundo, han dejado como resultado solo sangre de inocentes caídos, heridos que no se recuperan física ni psicológicamente, ingentes pérdidas materiales, desencuentros políticos regionales, acusaciones entre los protagonistas que no llegan a ninguna conclusión positiva. Entre Rusia y Ucrania han perdido, definitivamente, la sensatez y la paz.