La pandemia puso en riesgo, no solo la sanidad, no solo la economía, sino también la democracia, sistema que sin ser perfecto, es perfectible y quizá, una alternativa válida para los países que buscan desarrollo. El Ecuador, al igual que otros países, tiene en carpeta procesos eleccionarios que deberán cumplirse en este y en el próximo año, pero las condiciones son distintas, las realidades son diferentes. Salubridad, fortalecimiento de la democracia, austeridad y transparencia es lo que debe primar en estos momentos delicados de sobrevivencia. Habrá que seguir apostando por una democracia fuerte, duradera y muy sana. La esperanza es lo último que se pierde. La crisis deja secuelas graves.