Es increíble que el comportamiento de muchos ecuatorianos siga siendo sorprendente, no por las cosas buenas -que sí las hay y en buena cantidad- sino por las actitudes de personas que rayan en lo inversimil.
En las redes que también sirven para la denuncia se pudo observar a un agente de tránsito coimando a un conductor, se conoció de la venta de salvoconductos que fueron obtenidos legalmente pero usados fraudulentamente, se mira en varios sitios a la gente aglomerándose como si fuese un día normal cualquiera, no se respeta la disposición de circular en auto de acuerdo al número final de la placa, hay personas enfiestadas. En fin, sino cambiamos de actitud, el futuro es incierto.