Más allá de los egos y las manipulaciones que, lastimosamente, se presentan en ciertos personajes políticos, que más por suerte que por capacidad, acceden a cargos públicos, debe primar la cualificación, no solo académica, sino personal, de antecedentes, de desempeño, honestidad y sobre todo capacidad para enfocarse en grandes metas y objetivos de servicio, más allá de nimiedades que solo sirven para decir que “algo” hacen. El año 2022 debe estar encaminado al análisis de la población para identificar a quienes cumplen bien una representación de elección o de designación en los cargos públicos con el membrete de “autoridades”. Es deber ciudadano analizar los perfiles con precisión.