Qué denigrante mirar a nuestros ancianos hacer interminables filas para lograr vacunarse contra la Covid 19 que es el flagelo que ha tenido que enfrentar la humanidad en esta parte del siglo XXI. La pandemia ha desnudado la irresponsabilidad de ciertos grupos ciudadanos que en medio de la crisis sanitaria se enfocan en la diversión y los escándalos, pero también la desorganización del Ministerio de Salud, porque a más de que las vacunas llegan de a poco al país y que el número de contagios y muertes aumentan aceleradamente, los ancianos son irrespetados por el solo y legítimo deseo de querer seguir con vida. El Ecuador ya tiene a su cuarto ministro de Salud, ¿cambiará nuestra triste realidad?