Si hay alguien a la que el país le exige mayor seriedad en sus actuaciones, más compromiso con la nación y sobre todo, elemental ética, es a la clase política nacional, en donde felizmente hay personajes, hombres y mujeres que se destacan, pero también hay de los detestables. Sería bueno que el nuevo gobierno tenga su oportunidad para demostrar el cumplimiento de su plan de trabajo y los ofrecimientos para que se lo pueda evaluar. Pero si ya se lo quiere deslegitimar antes de que asuma el poder es un despropósito de los malintencionados de siempre que buscan desde ya su fracaso. El nuevo mandatario debe saber que la campaña terminó y que su porte de estadista deberá ser demostrado.