No quisiéramos pensar que detrás del programa “La Posta XXX” que el domingo debutó equivocadamente en TC, señalando en forma denigrante a un dirigente indígena -que también se ha equivocado en ciertos procedimientos y enunciados- exista un interés protervo. Quienes forman parte de “La Posta” tienen una línea editorial dura, propia, identificada con acciones de denuncia y señalamiento permanente. Diríamos que son irreverentes a la hora de informar u opinar, pero eso no les da razón para bajarse a un plano que raya en lo grotesco, inusual, en el insulto público que genera reacciones que pueden conducir a la violencia por la violencia que es lo que ya nadie quiere en este país.