Ese es el título de una de las leyendas más conocidas que narra las escapadas nocturnas del cura Almeida para disfrutar de los placeres mundanos. En la actualidad traslademos la misma pregunta a lo que sucede en nuestro sufrido país en donde los protagonistas son verdaderos delincuentes que aupados por una clase política insensible y corrupta promueve más violencia, pobreza, crisis y más retroceso. Ahora podemos ver de cerca cómo el maldito cáncer de la corrupción ha hecho metástasis en todo el cuerpo social. Todas las entidades públicas, al parecer están contaminadas y requieren una purga a todo nivel en sus estructuras internas para devolver una confianza que hoy está perdida.