Las cifras hablan por sí solas y el futuro no es nada halagador, producto de la pandemia del coronavirus. Algunos datos: La pérdida de ingresos lleva a muchas familias a caer por debajo del umbral de la pobreza. La producción y distribución de alimentos podría verse afectada. Las escuelas permanecen cerradas con el consecuente aprendizaje remoto, con seguridad menos efectivo y no accesible para todos. Riesgos económicos de mujeres en situación de vulnerabilidad por la violencia intrafamiliar. “Lavarse las manos con frecuencia” se pide, pero hay sectores poblacionales que no tienen agua potable. El desempleo crece, hay menos ingresos, la crisis se acentúa y la desesperación ya es evidente.