Las crisis siempre han permitido identificar los verdaderos valores que se manifiestan en el comportamiento de las personas. En los grupos sociales, familiares, políticos, organizacionales, empresariales hay de todo: quienes muestran fidelidad y compromiso de dientes para afuera en tiempos de bonanza y estabilidad y, quienes verdaderamente, pese a las difíciles circunstancias se mantienen en la lucha, en el trajinar diario, en la entrega total a cambio de poco y están hasta el final, pese a que el futuro es incierto. Las crisis permiten identificar nuevos derroteros pero también amigos, compañeros, solidaridad, familia y lo más importante lealtad. Lo demás es solo espejismo mientras convenga.