Cuando hay un señalamiento público a una autoridad que nos representa -bueno, algunos no están convencidos de que eso sea realidad- ésta no debería esconder la cabeza como el avestruz, como dice el mito, tratando de ignorar las acusaciones hechas. Todo lo contrario, debería por su bien salir ante la opinión pública, dar la cara y enfrentar el desafío de decir la verdad con pruebas para refutar las graves expresiones. En Ibarra, profesionales que defienden la recuperación del antiguo edificio del colegio “Teodoro Gómez de la Torre”, afirman que no van a permitir que en la obra haya sobreprecio, dando a entender que es lo que se evidencia en el contrato. Creemos que el silencio no es pertinente.