Los concejos municipales en el país cumplen un rol trascendental en la toma de decisiones en favor del desarrollo de sus jurisdicciones. El diseño de planes de trabajo integrales con sostenimiento administrativo, asesoramiento y buen uso de los recursos públicos abonan, sin lugar a dudas, al desarrollo armónico de los cantones. El rol protagónico que el COOTAD dispone y obliga a los concejales es para que cumplan su papel de legisladores y fiscalizadores sin distracciones en otros menesteres nada normales, sí preocupantes. Eso ocurre con regularidad y se han presentado problemas que desdicen de una buena gestión -caso Quito- en donde las corruptelas ponen al burgomaestre en la cuerda floja.