La pandemia del coronavirus nos permitió descubrir, no solo las deficiencias que los gobiernos tienen para afrontar el problema sanitario, sino también otras dificultades que en este 2020 se han complicado. El hambre es una de esas problemáticas. Las previsiones de la FAO muestran que el mundo no está en vías de acabar con el hambre para 2030 y, pese a ciertos progresos, tampoco lleva camino de lograr las metas mundiales sobre nutrición. Es probable que la seguridad alimentaria y el estado nutricional de los grupos de población más vulnerables se deterioren aún más debido a las repercusiones socioeconómicas y sanitarias de la pandemia por coronavirus. Hay que prepararse