La provincia de Imbabura, otrora emporio de belleza natural -no contaminada- ahora es vista con atención burlesca por la actuación y opinión de ciertas autoridades y también con cierto recelo por los hechos violentos sucedidos y no resueltos hasta el momento. La justicia indígena se evidencia más efectiva, la compra y venta de cosas robadas no ha parado. Ante el reclamo de los ciudadanos pidiendo acciones para frenar la delincuencia e inseguridad en ciudad se prefiere esconder la cabeza como el avestruz para no mirar el entorno. Proyectos importantes están paralizados, ante denuncias de sobreprecios en contratos ¿qué?, los lagos están agonizando, pero… son muy hábiles en el TikTok.