El 2020, considerado el peor año, el que más dificultades causó no solo en el ámbito sanitario con cantidad de fallecidos y contagiados de coronavirus, con una crisis económica galopante, con quiebra de empresas y gente sin su fuente de empleo, sino también por la desazón y una triste perspectiva respecto a lo que se nos viene en el futuro cercano. Muchos analistas consideran que el 2021 no se muestra como un año de recuperación, como un año de estabilidad, seguridad y peor de tranquilidad. Los ecuatorianos con un proceso electoral en marcha, cargado de inconvenientes y observaciones, tienen serias dudas de que, así como van las cosas, la realidad va a cambiar para bien. ¡No hay certezas!