Posiblemente no serán los únicos. Quizá con el tiempo sean más. Lo cierto es que causa estupor saber que hay autoridades y “líderes” políticos que deben continuar su vida portando un grillete, aquel dispositivo electrónico que sirve para detectar en dónde se encuentra un delincuente o si éste pretende fugar. Ecuador ha debido aceptar, lógicamente sin querer, los actos de corrupción que han empañado nuestra imagen en el contexto internacional. Si bien, en toda época política se presentaron eventos y sobresaltos, no es menos cierto que en los últimos años la situación ha rebasado todo límite. Por el tema de las vacunas, por lo menos en Quito y ahora, el alcalde deberá portar grillete. Otra vergüenza.