La mayoría de ecuatorianos estamos a la expectativa de lo que significará la conformación de los cuadros directivos y de las comisiones en la nueva Asamblea Nacional que deberá instalarse el próximo 14 de mayo. Se aspira un nuevo Parlamento pero con nuevas iniciativas, con decisiones trascendentales que posibiliten al país salir de las múltiples crisis que se han convertido, lamentablemente, en pan de cada día. No solo es el tema de la crisis económica, la crisis sanitaria producto de la pandemia y de nuevas leyes que permitan gobernabilidad, sino también que se destierren de una vez por todas las viejas prácticas corruptas que han detenido el avance de la nación hacia mejores derroteros.