Presidente de Cooperativa de buses experimento ser no vidente
La ley de tránsito de Ecuador señala que las unidades de transporte deben contar con todos los elementos de accesibilidad para las personas con discapacidad. Pero ¿Hay cumplimiento de este y otros artículos que establece la norma?
Recientemente a través del proyecto ‘Agente buena gente’ que llevan adelante los agentes de tránsito de Ibarra junto a personas con discapacidad visual, se realizó un experimento social, ¿pero de qué se trató?
En esta primera jornada el presidente de la cooperativa 28 de Septiembre, Marcelo Yépez, se cubrió los ojos aparentando ser una personas con discapacidad visual y tomó uno de los buses urbanos, específicamente la ruta de Las Palmas. Estuvo acompañado de Milton Solano, quien sí es una persona no vidente.
La unidad la tomaron desde la parada de la Obispo Mosquera y Sánchez (mercado) hasta bajarse en el parque La Merced. Mientras tanto, la agente Stefany Caicedo, portadora de la estrella de la seguridad vial, capturó este momento acompañándolos de civil.
“Somos conscientes de la realidad que vive este grupo de personas”, dijo Yépez, quien también contó que durante la experiencia se sintió mal, “no podía ni caminar, fue algo impactante”.
También reconoció que “como sociedad mismo no estamos preparados para lidiar con este grupo de ciudadanos. La sociedad no se ha capacitado ni siquiera con la infraestructura, peor aún con la concientización a todos. Como transportistas lo único que hacemos es adecuarnos a las circunstancias”. Franklin Ponce, de la Fundación Activistas El Mana, explicó que una de las dificultades es que no existe empatía entre el conductor de las unidades de buses y las personas con discapacidad. Por ejemplo, comentó que en horas pico, los asientos preferenciales no están libres; además, las puertas no son accesibles.
“Para pagar el pasaje también sufrimos un montón porque toca encontrar por dónde hay que cancelar, ya que ahora las cabinas están cubiertas con plástico”, dijo Franklin.
Ante esta situación y la falta de comprensión, indicó que plantearon hacer estos programas de sensibilización con los conductores y después con la ciudadanía.
“El objetivo es que la gente se ponga en los zapatos de las personas con discapacidad visual y se den cuenta de la dificultad que tenemos para buscar un asiento vacío o para poder desplazarnos en el transporte”, agregó Franklin. La idea es continuar con la sensibilización, que inició el viernes con una charla a conductores de la cooperativa 28 de Septiembre.