Planes de desarrollo
Antes de que finalice el año anterior, en Riobamba, en la Sede del Colegio de Arquitectos y con presencia de autoridades, funcionarios municipales y numerosos ciudadanos se presentó el Plan de Desarrollo para esa ciudad, que entre otros aspectos de interés contendría resultados de la investigación de la realidad de la ciudad y sus principales actores, ejecutada por una Consultora privada, las conclusiones son importantes para plantear propuestas para la ciudad. Lo destacable es la participación ciudadanía en el proceso de investigación con aportación de información y luego el activo accionar de quiénes pueden incidir con criterios técnicos como es el Colegio de Arquitectos de Chimborazo y además de quiénes estarán inmersos directamente en la aplicación del Plan como son los funcionarios municipales. Contiene además -asi debe ser- la modificación y la creación de nuevas Ordenanzas que involucran directamente a autoridades municipales para que el Plan funcione, la convocatoria y participación activa de la ciudadanía riobambeña es lo que llama la atención. Con este principio de participación ciudadana se elaboran los planes y programas de desarrollo de las ciudades. Lo propio ha hecho también la ciudad de Esmeraldas. Porque según el nuevo Plan General de desarrollo del país, los gobiernos locales que no se integren al proceso simplemente quedarán al margen del desarrollo regional y nacional con las consecuencias negativas subsiguientes. En Otavalo si algún plan se está elaborando serán unos pocos los que conozcan de qué se trata y cuál la firma Consultora que lo ejecuta. En lo que la municipalidad de Otavalo denomina encuentro ciudadano para referir el Plan, parecería que no se ha hecho partícipe al menos al Colegio de Arquitectos de Otavalo y a otros grupos colegiados para escuchar sus opiniones. A puerta cerrada y sin voz de actores sociales, la resultante posiblemente termine siendo un nuevo e inane plan de vida.
Pedro Manuel Ramírez