Paradojas
Paradójico. Mientras el mundo lamentaba la muerte de un líder de la talla de Mandela que hizo de su vida un canto a la reconciliación, y hasta Obama tenía un franco apretón de manos con Raúl Castro, en el Ecuador, la Secretaría de Gestión Nacional de la Política transmitía, durante días, una cuña radial para publicitar una reunión mundial de jóvenes, supuestamente dispuestos a luchar contra el racismo, el capitalismo, el fascismo, el sionismo
Paradójico, porque parecería que esa praxis del líder sudafricano para quien: El odio enturbia la mente. Los líderes no pueden permitirse odiar
, está lejos de determinados grupos de jóvenes que alentados por guías enfermizos y tendencias radicales, piensan que la transformación de la sociedad solo se logra con base en el anti, en la contra, en el odio y el revanchismo. Cuán lejos el legado de Mandela que
Entró a la cárcel lleno de furia y salió sabio, del que dejarán algunos dirigentes que condicionados por su ideología, hacen del divisionismo y la confrontación la fórmula de gobierno.
Que han encontrado en la filosofía y la práctica del maniqueísmo, -o buenos o malos, sin términos medios -, la receta para el ejercicio del poder.
Que hacen de la confrontación, de la burla, la ironía, la descalificación permanente la norma de su visión política y de la que proyectan para su país. O como lo decía Thalía Flores en su columna: Aquellos que han hecho del odio su bandera y de la persecución su estandarte
Mandela entró en la historia no por una lucha violenta para liberar a su pueblo, para superar el apartheid, la segregación racial, económica y política. Tiene un sitial porque encontró en la reconciliación el único camino para integrar a dos pueblos enfrentados por el odio y el resentimiento.
El líder sudafricano, a semejanza de los verdaderos conductores de la humanidad deja marcado un sendero solo hace falta seguirlo.
Jacinto Salas Morales
salasjacinto@yahoo.com