‘La chicha Yamor es esencia y orgullo de los otavaleños’
IBARRA. Ramiro Velasco Dávila es un personaje otavaleño que cuando habla de su tierra su rostro se ilumina y sus palabras toman otro tono. Su sensibilidad se acrecentó conforme avanzaba su experiencia como maestro de juventudes (por espacio de 43 años) y aunque es de pensamiento progresista, su inclinación no es maquillada como ocurre con algunos neorevolucionarios que ahora abundan en el país.
Él continuó con una tradición que la heredó de su madre, doña Zoila Dávila de Velasco, la misma que tiene reconocimiento nacional por la elaboración de la chicha del yamor, esencia vivencial de los otavaleños. Coincidencialmente, hasta este domingo solamente atenderá “Sumag Yamor”, el negocio tradicional de la familia Velasco y será… hasta el próximo año.
Su madre es el gran referente, ¿pero las cosas han cambiado?
Sí han cambiado. Imagínese la realidad social y económica de hace 60 años que más o menos es la época en que mi mamá incursionó en la comercialización del Yamor. Hasta los gustos han cambiado
¿Qué sucede con el otavaleño ausente?
Felizmente el otavaleño ausente que vuelve a la comarca viene a hacer una comunión con la tierra. Llegan hasta acá se toman un vaso de yamor y dicen que ya pueden vivir otro año más.
¿El yamor se comercializó siempre?
Antes el yamor no se comercializaba, era una bebida especial de las casas, principalmente en las fiestas. El Yamor es la conjugación de todo y no se compara con nada.
¿Usted fue parte de los comités de fiestas?
En varias ocasiones fui miembro de la Comisión de Cultura y fui subdirector en el año 1980 cuando Juan F. Ruales fue director. En aquella época nosotros movilizamos a 700 artistas nacionales. Nosotros no trajimos ni un solo artista extranjero. A la cárcel la convertimos en una peña.
¿El yamor se puede encontrar en otras partes?
Diría que chicha se puede encontrar en cualquier parte, pero el yamor solo en Otavalo. Ojalá no se lleve nadie como se llevaron el arrope y los helados de paila que ahora ya es patrimonio de Ibarra.
¿La tradición familiar debe continuar?
Por supuesto que sí. Yo le digo que ahora casi que ya me he desentendido del negocio, porque creo yo que la tradición debe continuar a través de los más jóvenes. Cada año unos se desvinculan y otros se van vinculando. Yo agradezco a la vida el hecho de tener una familia tan grande.
¿Puede destacar otros nombres de personas que dieron nombre al yamor?
Hubo varias personas y quizá algunas de ellas muchos antes que mi madre. Doña Tránsito Guerra, doña Enma Guerra, doña Teresa Navarro entre las más conocidas.
¿La calidad del yamor como bebida es lo más importante?
El municipio debería buscar la manera de hacer un control de calidad, porque se han presentado situaciones complicadas con los turistas que llegan a probar el yamor. Si no se ofrece calidad, eso puede perjudicar a Otavalo.
¿Se dice que preparar el yamor es como un ritual prolijo?
Me he vinculado desde hace algunos años con la cosmovisión andina y al menos yo cumplo con devolver a la tierra lo que ella nos da.
¿En cuanto a la organización de la fiesta hay errores que se detectan?
Han existido errores graves. Ha existido en los últimos años falta de conceptualización de la fiesta del Yamor.
Esa esencia fundamental del yamor que servía incluso para reencontrarnos y unirnos, ¿se ha perdido?.
Sí y mucho.
¿Un error que evidencia?
Hoy la participación ciudadana está relegada y lo que es peor nos hemos vuelto quemeimportistas.