El Papa vuelve a América Latina
Este 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, los católicos del Continente recibieron una feliz noticia: Ese día el Papa Benedicto XVI, durante la homilía de la Misa celebrada en San Pedro, con motivo del bicentenario de la independencia de los países latinoamericanos, confirmó su intención de realizar un viaje apostólico a México y Cuba antes de la Pascua del 2012.
El anuncio ha sido acogido con especial satisfacción por el gobierno y el pueblo de Cuba, según dijo el embajador de ese país ante la Santa Sede. Y el embajador de México ya se había pronunciado antes varias veces, insistiendo en que, si la altitud del Distrito Federal no fuese recomendable para la salud del Papa, habría lugares alternativos en su Patria que lo recibirían con el gozo de inmensas multitudes. No hay duda de que el alma católica y guadalupana de México se volcará a donde llegue el Vicario de Cristo para traer paz y reconciliación a ese pueblo hoy convulsionado, a los 480 años de la aparición de la Virgen María en el Tepeyac, con rostro indígena y predilección por los humildes. Esta será la segunda visita de Benedicto XVI a América Latina. Y también la segunda visita de un Papa a Cuba. Según palabras del representante cubano ante la Santa Sede, el gobierno reitera su especial satisfacción por la visita apostólica de su Santidad; “lo recibirá con todo el respeto y amor que él merece y hará todo lo que esté dentro de su competencia para brindarle una estancia feliz y que guarde un recuerdo muy grato de nuestro pueblo, como ocurrió en el caso del beato Juan Pablo II cuando realizó su viaje en enero de 1998”. Detrás de las expresiones oficiales está la enorme expectativa de ese pueblo que, como el mexicano y como todo el de América Latina, en medio de incertidumbres y malas experiencias, se vuelve con esperanza a Cristo, “Luz de las Gentes”, el Salvador que viene otra vez desde el seno ancestral de una Madre Virgen.
Mons. Julio Terán Dutari
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