El 31 de Octubre
Para Otavalo es una efemérides que recuerda la categorización de Villa a Ciudad, efectuada por Simón Bolívar mediante decreto supremo en el año de 1829 por los muchos acápites que hacían merecedora a la nueva ciudad, empezando por el hermoso valle bien llamado del amanecer donde está emplazada la ciudad. Fue lo acertado porque el otavaleño es conocido por ser un hombre amante de su tierra, trabajador en todas las facetas y que en conjunto ha forjado lo que es ahora la ciudad.
Esta es una fiesta cívica particular de cada año y no una de aquellas llenas de embriagados que pernoctan en calles y plazas y otros heridos por asaltos y pleitos callejeros. El otavaleño recuerda el hecho histórico para su ciudad y da una respuesta a los nuevos desafíos modernos.
Por ser un acto cívico, escuelas y colegios se preparan para un multitudinario desfile con sus bandas de paz, que desafortunadamente algunas siguen entonando marchas militares y que se movilizan a ritmo de traslado de muerto, no corresponden a nuestra realidad ni a nuestra historia como ciudad.
Las marchas militares son un recordatorio de guerras y luchas por emancipaciones, de órdenes militares y del ensordecer y atemorizar al enemigo.
Consideramos que esa etapa hace rato ya ha sido superada. Contrariamente estas fechas deben ser propicias para reconocer y dar el mérito a grandes ciudadanos otavaleños como Isaac J. Barrera, Víctor Alejandro Jaramillo, Gustavo Alfredo Jácome, Gonzalo Rubio Orbe, por nombrar algunos destacados y en si a todos aquellos ciudadanos otavaleños que día a día con su trabajo engrandecen a nuestra ciudad. Esperemos que los otavaleños en este día se llenen de civismo embanderando la ciudad, engalanen sus casas y si colocan sillas, bancas, mesas, etc. a lo largo del trayecto del desfile no cobren por su uso, esto dirá mucho de la amabilidad de los otavaleños.
Pedro Manuel Ramírez