Educación moral y afectiva
La Iglesia católica manteniendo el depósito de la fe con la doctrina de la revelación, tradición y magisterio, siempre a través de la apologética dada por los santos padres de la Iglesia, los Concilio, Sínodos y más encuentros pastorales ha iluminado a sus fieles una permanente enseñanza moral y afectiva que responda a la dignidad de la persona.
Así nos dice: San Efrén ahuyenta, Señor, con la luz diurna de la sabiduría las tinieblas nocturnas de nuestra mente para que iluminados por ti, te sirvamos con espíritu renovado y puro. Tus disposiciones divinas, Oh Salvador nuestro son figura del mundo espiritual haz que nos renovemos en él como hombres espirituales. Señor que caminemos con presteza hacia nuestra patria definitiva. Así pues, hermanos estad alegres en el Señor, no en el mundo, es decir, alegraos en la verdad, no en la iniquidad, alegraos en la esperanza de la eternidad, no en la pasajera de la vanidad. San Pablo nos advierte: los que son de Jesucristo han crucificado su carne con pasiones y concupiscencias. Si vivimos en el espíritu , caminamos también en el espíritu. Las obras de la carne son: fornicación, impureza, lujuria, idolatría, hechicería, las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las riñas, las discusiones, las divisiones, las envidias, las embriagueces, las orgías y cosas semejantes. Que cada uno examine su propia conducta, y entonces podrá gloriarse solamente en si mismo, no os engañéis, de Dios nadie se burla, porque lo que uno siembra, eso recogerá. Por tanto, mientras disponemos de tiempo hagamos el bien a todos. Hoy, cuando tenemos una abundante información por todos los medios, hace falta el discernimiento moral para ver qué es lo bueno y verdadero que me forma como persona libre. En las principales etapas de la persona humana niñez, adolescencia, adultez y vejez, cada una tiene sus crisis. Todos conocemos la importancia que tiene, en la mayor parte de los casos, la experiencia de una niñez sanamente protegida y educada para ir descubriendo el sentido profundo de crecer como hombre en forma integral. Esta descripción antropológica llega a constituir un desafío ético, aunque tenemos que formar el hombre ético capaz de transformar la realidad humana elevándola hacia cotas cada vez mas altas de humanización. En este tiempo de vacaciones todos los cursos, oratorios y otras formas de convivencia y aprendizaje son muy importantes para el desarrollo sano de la persona humana. Felicitamos a las instituciones que brindan acogida y formación en esta vacaciones de este período escolar.
Padre Mauro Aguirre
ESPECIAL PARA EL NORTE