Dramaturgia presidencial
Al observar un spot de propagada política del actual gobierno, preguntémonos qué se quiere posicionar realmente, cuál es el mensaje que lleva oculto.
Mirarlos sin ingenuidad y con análisis ayudará a descubrir el verdadero tema y mensaje subliminal que esconden, pues tanto la dramaturgia como los símbolos e imágenes que utilizan artísticamente tienen la clara intención de invocar al seguimiento, al apoyo incondicional, en definitiva a la perpetuación del poder. Su equipo de propaganda política -que no se debe confundir con comunicación-, arman tal parafernalia combinando elementos de la publicidad comercial con el esquema propagandístico usado por totalitarismos como el de Hittler, quien llegó a dominar las mentes de millones de alemanes que siguieron su aberrante discurso creyendo que era lo mejor para sí mismos. Todo lo que se puede lograr con la propaganda política es perverso, por eso los ecuatorianos deben saber que los millones de dólares que constan en el presupuesto para comunicación y difusión se usan para estructurar un escenario de reiteración temática, con su propio diseño maquiavélico, creando conflictos y personajes antagónicos que se disputan el final de la obra. La dramaturgia es precisamente eso, el arte de la representación y composición de un drama, una historia creada para un público asistente, en este caso los millones de ecuatorianos que cada día miran las cadenas, escuchan la música, reciben los contenidos vaciados y rellenados con lo que ellos quieren decir. Cada semana ese mismo pueblo ignorante (porque ignora todo lo que está detrás) ríe, goza con la presentación dramática de todos los sábados donde se combinan insultos, con victimizaciones, con payasadas, risas, música, ironías, sarcasmos, verdades absolutas, entregando al país un circo, como si eso se mereciera. Después nos preguntamos por qué tanta violencia en la calle, cuando tenemos una escuela de agresiones semanales. Pobre pueblo que cree en los caudillos. ¡ Ya basta!.
Myriam Valdivieso C.
mival63@yahoo.com