Desequilibrio en marcha
Lo acontecido en los últimos días deja entrever la necesidad de que la sociedad abra los ojos y profundice el análisis sobre el momento político que vive América.
Es inadmisible el cinismo como se manejan los conceptos, tergiversando el verdadero significado de democracia, optimizando el recurso propagandístico por parte de quienes por ahora ostentan el poder, intentando confundir y hacer creer a la gente que tienen buenas intenciones y que respetan la necesidad compartida por los más pobres, direccionada a mejorar sus condiciones de vida. Comportamientos carentes de respeto que buscan construir líderes, mitos, fábulas, invenciones, cuentos, ficciones y más, que buscan endiosar a individuos y convertirlos en leyendas contemporáneas como base de un manejo desequilibrado y delirante con fines protervos y perversos imágenes de desvergüenza retratos claros de amargura. Cuerpos de sujetos comunes y corrientes, carentes de las condiciones propias de líderes virtuosos y decentes, preservados por medio de la técnica de embalsamiento en un acto circense propio de instancias irreales. Tumultos de personas incautas, ingenuas e inexpertas, motivadas con dádivas y caridad alrededor de personajes vanidosos que se creen dueños de la verdad, que irrespetan todos los días, a cada hora y minuto a quienes no coinciden con sus intenciones. En la búsqueda del poder total, incongruencias de fondo que desnudan el doble discurso y que ponen de manifiesto la entelequia, imaginación, sueño o fantasía de un proyecto justo de beneficio social la realidad y el verso diametralmente diferentes. Socialismo del siglo XXI en América Latina, patentizando el abuso de poder a través del control total de las instituciones, atropellando los recursos económicos públicos que pertenecen a todos por igual. Indiscutiblemente, corrupción a la vista y ejemplos claros de enriquecimiento personal y de pequeños grupos. No existirá jamás democracia si no se la practica, más aún, si se pretende silenciar a la prensa y al pueblo, evitando a toda costa la responsable fiscalización.
Ramiro Bucheli Proaño
rbucheli1@hotmail.com