Aquí no pasa nada
Ya tenemos el baratillo de ofertas electorales y en el fondo no hay nada nuevo. Un empresario que se cree predestinado a ser presidente y quiere entrar en el quinto desafío, como siempre ofrece regalos, desde carros y casas hasta trabajo para sus partidarios, tal vez seria mejor que pague los impuestos para empezar a creerle. Un amazónico que iría por su tercer intento, cuyas ofertas siempre triplican las de los demás, sin explicar de dónde sacaría el dinero para subir el bono de desarrollo de 35 a 100 dólares.
El único nuevo como candidato, pero viejo como banquero, está tratando de ganarse a una clase media descontenta con todo, además ganarse, por supuesto, a todos los empresarios que han quedado ladeados con la actual política, pues antes tenían los mecanismos y los órganos del poder.
No vemos que tenga conexión con el verdadero pueblo. Por otra parte la izquierda radical ha logrado cuajar una candidatura, pero eso es solo el primer paso, tenemos que ver si realmente sus propuestas llegan a la mayoría de la población.
Mientras tanto el revolucionario seguirá adelante pésele a quien le pese, sin partido, con cuadros desgastados en las diferentes funciones públicas, con mucho deseo de trabajar y con muchas buenas ideas y buen corazón, sin que las mismas impidan que se infiltren en su gobierno los corruptos de siempre, que ya le están dando y le seguirán dando en el futuro grandes dolores de cabeza. Continuará hasta que termine su nuevo periodo o el pueblo diga ¡Basta!.
Como ven amigos míos, aquí no pasa nada y posiblemente no pasará.
Dr. Enrique Aguilar Zambrano