A las Madres
La palabra no puede ser tomada solamente como un instrumento formal de la comunicación. La palabra es una metáfora de mujer y es también porque es madre, porque fija el principio de las ideas y sirve para la multiplicación de los pensamientos. En el idioma, la luz es también una analogía de mujer y madre, porque la luz conduce y alumbra; la vida, otra palabra que es mujer y madre porque es fuente primaria del ser y a su vez simiente de perpetuidad. La tierra es mujer y madre porque acoge a la vida y es germen de fertilidad. Otras palabras con igual connotación son: la sinceridad, la amistad, la solidaridad, la dulzura, la tibieza, la razón, la imaginación, la creatividad, la fuerza, la constancia, la nostalgia, la ternura…
Para Neruda (1974) las palabras sirven para todo “Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío.
Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas”.
A todas las madres del mundo se entrega el testimonio de gratitud por habernos hecho seres humanos con sensibilidad y con capacidades plenas para saber reconocer su grandeza, su ejemplo y valor. Madre te llevo en mi mente y en mi corazón, porque eres una de las razones para continuar viviendo.